El verdugo
Recordando al gran maestro del cine español, D. Luis García Berlanga, he querido titular metafóricamente esta publicación, la cual se basa en mi última visita profesional a Orihuela, y la sorpresa que me llevé al presenciar los efectos de un ataque masivo de insectos perforadores sobre el pinar.
Los escolítidos están haciendo mucho daño en los pinares alicantinos, especialmente el Tomicus destruens, afectando a ramas, fustes o raíces. Todos hemos visto clarear los pinares con ataques aislados o en pequeños rodales, pero la Sierra de Orihuela presenta una mortalidad casi total de su masa forestal existente a la entrada del municipio, concretamente bajo la espectacular pared negra.
El cambio climático provoca serias variaciones en la velocidad de los procesos, agravando los efectos de las sequías prolongadas, con potentes lluvias torrenciales y/o con fenómenos erosivos y de desertificación intensos. No es ningún misterio, no ha llovido prácticamente nada, y hasta los frugales pinares se han debilitado en exceso, facilitando así el ataque de insectos perforadores como respuesta a las indicaciones naturales.
Después de consultarlo, lo que me sorprende es que esta alarma ecológica no haya suscitado repercusión mediática ni política en la zona, especialmente cuando este pinar se encuentra ubicado en un lugar estratégico y con un potencial turístico incuestionable (mirador, escalada, excursionismo, …).
Supongo que esta actitud es propia de los oriolanos, donde una cierta desidia y apatía marca el día a día del territorio, aunque personalmente me parece interesantísimo, lleno de atractivos y sobre todo de contrastes.
Orihuela es monumental, donde conviven vestigios del esplendor y la marginalidad, gentes influidas por una genética especial, la de caciques y labradores, de señores y peones, de pícaros y sufridores. Un lugar donde la huerta es magnífica, las nuevas explotaciones se miden en hectáreas de dos dígitos, un palmeral que deja sin aliento, y donde por todos los rincones siempre está presente la figura del poeta de la tierra, la del traicionado por los suyos, la de Miguel Hernández.