MONTAÑAS DE ARENA

Uno de mis últimos trabajos más gratificantes ha sido en el “Camping Pepe” de Oliva, el cual destaca con una ubicación privilegiada en primera línea de playa, así como con una terraza de vistas excepcionales hacia la bahía de Dénia. Próximamente podrá ser disfrutado por aquellos usuarios con mayor sensibilidad ambiental, percibiendo también su terraza como un observatorio de uno de los ecosistemas más valiosos de nuestro litoral, el dunar.

Gracias a la confianza y compromiso corporativo de los propietarios del Camping, la familia Chelet de Dénia, he presentado un proyecto de restauración dunar que comenzará su primera fase de ejecución con las lluvias de otoño. Del mismo modo, ya se han puesto en marcha actuaciones de accesibilidad con pasarelas de madera y acotados con postes y cuerdas para proteger el actual cordón, redirigiendo al usuario por los accesos establecidos.

La carga turística estival repercute muy negativamente en la fragilidad dunar, fragmentando y deteriorando el cordón de arena con el pisoteo, razón que obliga a marcar recorridos, informando a su vez de los valores ambientales de dicho ecosistema.

Con mediciones previas que caracterizaran toda la playa, se han establecido revegetaciones con especies dunares autóctonas que fijen los cordones de arena móvil, incorporándolas tanto en siembra como en plantación, en módulos de unos 25 m2 con diferentes porcentajes vegetales en sotavento, cresta, barlovento, y como no, en la zona de embriones dunares, lugar donde de forma preferente encuentra cobijo y nidifica un ave protegida muy singular de nuestras costas, el vulnerable chorlitejo patinegro.

La repoblación dunar se ha proyectado mediante la construcción de empalizadas con estructuras de cañas secas hincadas en la arena, y en la que se sostienen mantos permeables de espartina o cañizos de unos 75 centímetros, creando unas condiciones necesarias de protección al viento en las primeras fases. La fijación y adaptación morfológica del cordón dunar hacia estructuras más naturales y eficientes en la defensa contra la erosión litoral, es algo que se irá viendo a medida que vaya pasando el tiempo. Esperemos que los temporales  no destrocen los esfuerzos de restauración por falta de consolidación.

La introducción de especies como el barrón, la azucena de mar, y el alhelí marino, entre otras, irá acompañada de la eliminación de invasoras como el Carpobrotus. Del mismo modo, la señalización informativa, tanto de los trabajos de restauración, como de las características del ecosistema, será un complemento perfecto para una actuación ejemplar de promoción privada en el dominio público, y por tanto, en beneficio de todos.

Por último, quiero agradecer la ayuda facilitada por el equipo técnico de la Devesa del Saler, profesionales de inestimable valor humano, y que desde hace muchos años están realizando un trabajo extraordinario en la costa valenciana.

Jesús Reina, Ingeniero de Montes (Col. 2443) – Ingeniero Técnico Agrícola (Col. 858)